viernes, 8 de abril de 2011

Los otros ciervos


Hace tiempo que no publico nada. Los acontecimientos se suceden y apenas he tenido tiempo y ganas de escribir, pero si me viene rondando una idea en la cabeza desde hace tiempo. En todo este proceso me he ido dando cuenta del valor real que significa la amistad. Es difícil explicar lo que es capaz de generar, pero el hecho de saber que estáis todos ahí, deseando echar una mano, dando un golpe en la mesa, ofreciendo vuestro apoyo, llorando juntos, ofreciendo vuestro hombro si es necesario, ha sido un gran consuelo para mi. Cuando las cosas van mal, te das cuenta de quién te quiere de verdad, de quién de manera incondicional se ofrece a ti, como siempre lo ha hecho, y como siempre lo hará. Tanto tiempo presionado por lo material te hace olvidar lo auténtico del ser humano, que es su solidaridad y respeto. He hablado con tanta gente, y todos me han demostrado su afecto, su comprensión, su ayuda. Es imposible dar las gracias a todos, pero sí que quiero publicar un poema que un amigo me escribió hace tan solo 10 años.

35 y haberte conocido

Hace hoy muchos años de tanto
y mucho tiempo de tantas cosas,
hablamos todos los idiomas,
creemos en nuestras religiones,
pensamos en nuestro común paraíso,
talento y holgura al lado de nuestro futuro,
obsesos del pensamiento distinguido
jamás dejamos que política, religión, ambiciones o personas
asesinaran con sus afilados cuchillos
nuestra amistad.

Pues empieza a hacer mucho tiempo
de muchos días y tantas cosas,
y sin embargo hace solo un minuto que
he disfrutado de tus palabras y solo
unas horas que tu mirada –siempre cómplice-
se columpiaba con la mía en ese rito infinito
de mágica amistad.

Hace hoy muchos años de todo
y amigo, hermano,
queda aún mucho tiempo por tanto…

Puede que Crazy nos defina como canción
y que Eddie Veder nos recuerde
que hay vida más allá de las palabras.
puede que Cortazar anude nuestro pasado,
y que Huidobro enamore nuestros pensamientos,
y puede que intachables burgueses como nosotros
sigamos sintiéndonos emocionalmente revolucionarios.

Y si alguien dijo alguna vez
“tenían razón”, “tuvieron valor”,
entonces mereció la pena,
mereció la pena hacerlo,
pero amigo mío,
no dudes jamás que lo que más mereció la pena de todo eso fue encontrarte siempre a mi lado,
lo que más de todas estas batallas
fue haberte conocido. Te quiero

                                                                                                El otro ciervo

Este poema siempre estuvo a mi lado, bajo una caja de madera, encima de la chimenea del salón de la que hasta hace poco era mi casa. Lo he releído algunas veces durante estos diez años, aunque hacía tiempo que no lo hacía. Hoy lo he recogido, quería tenerlo cerca y quería enseñarlo.

Al otro ciervo lo conozco hace tanto tiempo que no quiero ni hacer las cuenta para saber los años. Nos conocemos tanto que a veces no necesitamos ni hablar para saber lo que piensa el otro. Desde que nos conocimos, sin saber muy bien por qué, nos llamamos mutuamente ciervo. Ahora ya lo entendemos y yo estoy orgulloso de, aún en los peores momentos, poder mantener la ironía de la vida con él. En nosotros hay cosas que han coincidido de manera incomprensible, el paralelismo ha sido brutal, como la vida misma, y hoy, después de tanto tiempo, después de tanto, lo que más mereció la pena de todo esto fue encontrarle siempre a mi lado, incondicional, sin fisuras, como la verdadera amistad, que no pregunta, que simplemente esta ahí, para lo que sea necesario.

Y lo mejor de todo es que el reino de los ciervos aumenta, y ahora ya no somos solo dos. Hay muchos y muchas que las circunstancias nos han unido de tal manera, que va a ser completamente imposible que alguien intente asesinar con afilados cuchillos nuestra amistad.

Mas allá de todo prometo estar siempre agradecido.

1 comentario:

  1. Hasta que llegue la " berrea".... Te quiero .


    "El otro ciervo....."

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