Abrázame – Iván Ferreiro
Abrázame y no me digas nada sólo abrázame
Me basta tu mirada para comprender que tú te irás...
Abrázame como si fuera ahora la primera vez
como si me quisieras hoy igual que ayer... abrázame...
Si tú te vas te olvidarás que un día hace tiempo ya
cuando éramos aún niños me empezaste a amar
y yo te di mi vida, si te vas...
Si tú te vas ya nada será nuestro tú te llevarás
en un sólo momento una eternidad
me quedaré sin nada si te vas...
Abrázame
y no me digas nada sólo
abrázame
no quiero que te vayas pero se muy bien que tú te irás
Abrázame como si fuera ahora la primera vez
como si me quisieras hoy igual que ayer...
abrázame...
Si tú te vas me quedará el silencio para conversar
La sombra de tu cuerpo y la soledad
serán mis compañeras si te vas...
si tú te vas se irá contigo el tiempo y mi mejor edad te seguiré
queriendo cada día más
esperaré a que vuelvas si te vas...
Me basta tu mirada para comprender que tú te irás...
Abrázame como si fuera ahora la primera vez
como si me quisieras hoy igual que ayer... abrázame...
Si tú te vas te olvidarás que un día hace tiempo ya
cuando éramos aún niños me empezaste a amar
y yo te di mi vida, si te vas...
Si tú te vas ya nada será nuestro tú te llevarás
en un sólo momento una eternidad
me quedaré sin nada si te vas...
Abrázame
y no me digas nada sólo
abrázame
no quiero que te vayas pero se muy bien que tú te irás
Abrázame como si fuera ahora la primera vez
como si me quisieras hoy igual que ayer...
abrázame...
Si tú te vas me quedará el silencio para conversar
La sombra de tu cuerpo y la soledad
serán mis compañeras si te vas...
si tú te vas se irá contigo el tiempo y mi mejor edad te seguiré
queriendo cada día más
esperaré a que vuelvas si te vas...
Quería haber escrito sobre esto hace unos días, pero demasiadas emociones me hacían sucumbir en la profundidad más absoluta del desconsuelo. Ahora con cierta perspectiva quiero recordar el último día que pase con ella. Es difícil describir la ternura con la que trató cada instante, que yo quise memorizar sabiendo que no se repetirían nunca más. El plan fue perfecto, con cierta improvisación, como los mejores. Un paseo por el Lago de la Casa de Campo, una comida de picnic, los niños jugando, el sol espléndido, siempre nos gustó el campo y hacía tanto que no lo hacíamos. ¿Por qué habíamos dejado de hacerlo? Es igual, ya no merece la pena buscar respuestas.
Disfruté mucho viendo a mis pequeños pasear emocionados por lugares que no conocen. Es increíble la mirada de sorpresa y emoción que pueden tener unos seres tan pequeños cuando descubren cosas nuevas. Es la vida misma que te lleva y te trae por caminos insospechados, la misma que nos hace un día subir a lo más alto, para otro caer a lo más profundo de los infiernos, la misma que te hace tirar para adelante, cuando lo único de lo que tienes ganas es de abandonar, de tirar la toalla, la misma que te lleva al pozo sin fondo y a la oscuridad más absoluta, y que te hace agarrarte a un clavo ardiendo si con ello consigues ver un poco de luz al final del túnel.
El día fue sinceramente maravilloso, por fin un día del Padre en toda regla, después de tanto sufrimiento. Fue muy generoso por su parte. Aparcó el Samsung y se dedico de pleno al viejo Nokia, y yo se lo agradezco.
La tarde se me hizo corta, se me pasó volando, como los buenos momentos, y será muy difícil de olvidar. Hablamos mucho, hicimos planes de futuro, compromisos de buena voluntad. Cualquiera que lo viera desde fuera podría pensar que éramos una pareja de recién casados, mirando hacia delante, pensando en todo lo que seríamos capaces de hacer. Sólo miramos atrás para recordar buenos momentos, nada de reproches, nada de disgustos, nada de desatinos. Los dos queríamos agradar y yo me sentí a su lado como nunca. Es extraordinario lo que esta mujer es capaz de conseguir en mí. Me gusta cómo se mueve, siempre me gustó, la sombra de su cuerpo, el aire que desplaza con el caminar,… Tiene un cuerpo pequeño pero ágil y fuerte. Pasea con seguridad y con gracia, con movimientos armónicos y coquetos, en ese “curvear” de mujer que tanto me atrae. Habla directa, con contundencia si hace falta, pero escucha con suavidad, con atención y con ganas de saber y de percibir. Cuando quiere ser dura es implacable, pero la mayoría de las veces es dulce y encantadora, con su media sonrisa y esa mirada que sería capaz de detener el mundo si se lo propusiera. De hecho quise fotografiar ese momento para que quedara para siempre, y así lo hice.
Me gusta que me coja del brazo, medio colgándose de mi, como buscando esa seguridad que me gustaría darle para toda la vida. Sentirla tan cerca, cuando estoy tan lejos de ella,… Volvimos a casa, las rutinas habituales, los baños, la cena, acostar a todos los niños, los problemas con la mayor, la adolescencia, las crisis,… ya se sabe, lo típico de un viejo Nokia.
La noche llegó, todos se fueron acostando y quedamos solos y cansados. Decidimos dormir juntos, exactamente eso, después de tantos días haciéndolo en habitaciones separadas. Fue otro gesto más que le agradezco. No pasó nada más. La abracé y empezó a quedarse dormida, como lo hacía antes, como me gustaría que lo siguiera haciendo siempre. Sentir su respiración,… Durante la noche, en mis lagunas de insomnio, la volví a ver dormida, como lo he hecho tantas veces y en mi cabeza no dejaba de sonar esta canción.
Por la mañana puse música para desayunar, como tantas veces lo había hecho, y por supuesto que la primera canción que quise que escucháramos fue esta. No sé si alguna vez llegará a entender todo lo que significa para mí.
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